Conoce a Miguel

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Él es Miguel y lo conocimos cuando tenía 11 años. A falta de supervisión adecuada había salido de su casa en tres ocasiones, permaneciendo en calle por varios días incluso semanas. Su papá acudió a Pro Niños para pedir ayuda; manifestaba preocupación por su hijo ante el hecho de que saliera de manera permanente a calle, pero también se sentía limitado en recursos y habilidades para evitarlo. Ante esta situación, el padre quería que Miguel fuera enviado a una casa hogar donde pudieran desarrollarse plenamente y tenerlos cuidados y atenciones que él no podía darle, ya que como papá soltero, trabajaba todo el día y dejaba a sus dos hijos solos.

Así fue como empezamos a trabajar con Miguel, su hermano y su papá a través de visitas periódicas a su casa, en las que los acompañamos en el desarrollo de habilidades que les permitieran prepararse para enfrentar la decisión. En un inicio, Miguel se mostraba retraído, con poca confianza, dudoso al hablar y con cierto miedo a las relaciones con otros.

Después de siete meses de trabajo en familia, Miguel se integró al Centro de Día de Pro Niños, en el grupo de alto riesgo. A través de diversas actividades de juego, creativas y reflexivas, fue desarrollando fortalezas y aptitudes que le permitirían permanecer de manera óptima en la institución a la que sería canalizado.

En enero Miguel dijo que estaba preparado para el cambio. Se mostraba contento con su decisión, tenía la esperanza de que en el nuevo lugar retomaría sus estudios, conocería amigos con los que jugaría y sobre todo, hablaba de que en ese nuevo espacio tendría cuidados, atención, acompañamiento, actividades y comida.

Finalmente, en febrero de 2015 Miguel fue canalizado al IPODERAC en Puebla. A tres meses de su estancia en esta institución, se siente alegre y satisfecho. Ya retomó la escuela y está esforzándose mucho para acabar la primaria este mismo año.

Su papá asiste a todas las visitas posibles; llega desde muy temprano para estar más tiempo con Miguel. También lo acompañan su hermano, su abuela y otros miembros de la familia. Le llevan comida, dulces y juegos que todos comparten.

En Pro Niños seguiremos trabajando con Miguel para que pueda adaptarse por completo a su nueva vida y aprovechar las oportunidades que ahora tiene para salir adelante. En este proceso, también continuaremos apoyando a su familia.

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