Antigua Guatemala
Metida entre volcanes en las montañas de Guatemala, esta ciudad Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y con tendencia a sufrir catástrofes naturales, luce sus ruinas con garbo, elegancia y encanto.
Su personalidad queda reflejada en la arquitectura colonial que puede verse en edificios barrocos, fachadas de color pastel y hermosísimas ruinas situadas en medio de plazas llenas de vegetación y parques con artistas callejeros, boleadores de zapatos y vendedores ambulantes.
Contempla la maravillosa Catedral de Santiago, quema bombones en la cima del volcán Pacaya o descubre el emocionante universo de las tradiciones de los Mayas en Nim P’ot.
Granada, Nicaragua
Pocas ciudades pueden describirse como “de postal”, pero Granada, en Nicaragua, es una de ellas. Con sus edificios coloniales de colores, las pintorescas iglesias y fortificaciones, sus calles empedradas y su ubicación al lado del lago, vas a querer tomar tantas fotos que se te va a acabar la batería de la cámara.
Disfruta de un viaje barato ideal para explorar las maravillas de esta soleada región. Visita el volcán Mombacho, donde destacan las excursiones por el bosque tropical, vete a bañar al lago Nicaragua o realiza una excursión para participar en las actividades de las granjas locales. Si te gusta la historia, no te olvides de visitar el Parque Nacional Archipiélago Zapatera con sus impresionantes petroglifos.
Montevideo, Uruguay
Con un clima templado y hoteles baratos, en la ecléctica capital de Uruguay se mezclan los edificios neoclásicos y arte déco con los rascacielos y barrios elegantes al lado del mar. Todo encaja con la personalidad internacional de la ciudad y su fuerte carácter histórico.
Los relajados parques, los bares de tango y las deliciosas parrillas (restaurantes donde sirven la típica parrillada) en el Mercado del Puerto son una parada imprescindible en estas vacaciones baratas.
Ashgabat, Turkmenistán
Extraña, única, exótica… son palabras que se usan para describir a la original capital de Turkmenistán. Una ciudad rodeada de desiertos y que cuenta con el récord de tener la mayor concentración de edificios construidos con mármol blanco. Conseguir la visa para ir puede ser un poco complicado, pero poder viajar a uno de los países menos visitados del mundo tiene sus ventajas: no tendrás que pelearte con manadas de turistas y tu cartera te lo va a agradecer. Sin duda un destino de vacaciones barato.
Camina por las estremecedoras calles del centro. Contempla las infinitas cúpulas doradas, los cuidados parques y empápate de esa inolvidable opulencia kitsch.
Jerusalén, Israel
Las campanas de la iglesia armonizan el ambiente junto con los rezos de las mezquitas. El aire se llena de aromas de incienso y especias, los rayos del sol se reflejan en la dorada Cúpula de la Roca, mientras ves cómo se mete desde lo alto del Monte de los Olivos. Piérdete en el centro histórico, haz un pequeño descanso para comerte un strudel en el Hospicio Austríaco y sube la empinada fortaleza para llegar a la muralla medieval.
Disfrutar de la espiritualidad y los encantos de una ciudad tan antigua como Jerusalén podría resultar caro, pero gracias a su deliciosa comida callejera, los numerosos hostales (te recomendamos el de Abraham) y el arte del regateo, también puedes visitarla aunque tengas un presupuesto más ajustado.
York, Reino Unido
¿Qué vas a encontrar en York? Ruinas medievales, mansiones de los Tudor y la leyenda vikinga. Acogedores pubs con chimenea, tiendas típicas de dulces y los preciosos jardines ingleses en plena floración. Además, el clima impredecible le da ese toque romántico.
Sube los escalones empinados de la catedral de York, navega por el plácido río Ouse o ve al Museo del Ferrocarril y admira el todopoderoso tren Flying Scotsman. Otra maravilla arquitectónica que no te puedes perder son las casas inclinadas de estructura de madera de la calle Shambles. Todo esto y más puede convertirse en tus próximas vacaciones baratas del año.
Nashville, Tennessee
Famosa por su música, sus canciones country o las melodías de rock y blues, aquí se juntan músicos de todo el mundo para llevar a cabo sus mejores actuaciones, ya sea bajo las luces de neón del pequeño Broadway, o sobre el escenario del impresionante Ryman Auditorium. El ritmo es el rey en Nashville, bienvenido a la “Ciudad de la Música”.
Podgorica, Montenegro
Rodeada de olivos y cipreses y con ese encanto mediterráneo, la ciudad sencilla de Podgorica es una de las joyas escondidas de los Balcanes, aunque no por mucho tiempo.
Escápate en un viaje que te sale barato por los campos bucólicos, grandiosas montañas y lagos de color turquesa. Definitivamente vale la pena visitar esta capital. Los restos otomanos en Stara Varos, el centro histórico de la ciudad, revelan la rica historia del país, al igual que los edificios de estilo comunista que evocan a épocas pasadas más oscuras.
Tesalónica, Grecia
Alegre, placentera y con ese encanto de las antiguas civilizaciones, la ciudad portuaria de Tesalónica es un destino muy barato para aquellos a quienes les gusta disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.
Puedes dedicarte a pasear por las ruinas de antiguas civilizaciones, comer los platos típicos de la cocina griega o tomarte un cóctel delante del mar. Contempla cómo juegan dominó los locales en las tabernas tradicionales de estilo turco, compra flores en el mercado de Louloudadika o haz un recorrido en ferry por el puerto.
Adís Abeba, Etiopía
Sí, está repleta de gente. Es caótica. Y llena de contrastes. Pero una vez te has adaptado al ruido y al griterío, te darás cuenta de que la capital de Etiopía te ha conquistado.
Ve al Museo de Etnografía para saber cuáles son las tribus mayoritarias del país, paséate en el enorme mercado de artesanía de Mercato (no te despegues de tu bolsa) o pregunta a alguien de la calle dónde puedes encontrar el mejor Ethiojazz.
Udaipur, la India
Palacios de reyes orientales, elegantes y ornamentados templos y callejones, componen la ciudad de Udaipur, una de las joyas del viejo mundo.
Ubicada en mitad del campo, la Venecia de Oriente se ha ganado su nombre a pulso. Una compleja red de lagos salpica la ciudad. El bucólico lago Pichola, en cuya ribera está situado el Palacio de la Ciudad y donde se paran los elegantes barcos, destaca entre todos los demás.
Luang Prabang, Laos
Al atardecer, los monjes de hábito color azafrán desfilan entre la bruma pidiendo limosna. Al amanecer, el viento transporta los cánticos que emanan de los templos de techos rojos. Desde la cálida bienvenida de los locales de esta ciudad multicultural, la tranquilidad con la que los pescadores echan sus redes al río o el silencio con el que trabajan los campos los labradores… esta ciudad transmite una sensación de paz y de contemplación que invade la atmósfera de esta antigua capital que parece haberse quedado estancada en el tiempo.
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