Los pasajeros justifican el no cederles el lugar alegando que no siempre se puede saber si están en estado de gravidez y, ante la duda, prefieren no ofender a nadie.
Para no divagar y ser certeros, Corea del Sur comenzó a probar un sistema para que las embarazadas puedan ejercer su preferencia a obtener un asiento.
Pink Light es un proyecto piloto instalado en uno de los trenes que une a las ciudades de Busan y Daehong.
Se constituye por un sensor que debe ser colocado por las embarazadas en sus bolsos, para que al entrar al vagón un dispositivo bluetooth lo detecte y emita un aviso sonoro.
Gracias a ello, se ilumina una cajita colocada junto al asiento que deberá ser cedido.
"La consideración para las mujeres embarazadas debe prevalecer y esperamos que el transporte público sea más fácil y cómodo para ellas con esta política", explicó a la BBC Suh Byung-soo, el Alcalde de Busan.
Se tiene planeado que estos distintivos sean repartidos en clínicas locales y en estaciones de tren.
La batería del sensor tendrá una vida de seis meses y deberá estar a la vista, para que pueda hacer contacto con el monitor.
Este sistema fue puesto a prueba con 500 mujeres en estado de gravidez, y anteriormente esta medida ya era utilizada en forma de calcomanía, pero pocos hacían caso de ella.
El sistema bluetooth surgió como una colaboración conjunta entre las empresas locales y el Ayuntamiento.
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